domingo, 27 de julio de 2008

Una recaída absoluta


Hola soy Nines. Os cuento. No me preguntéis cómo ni por qué, sólo se que sí. ¿Que el qué? Todo comenzó ayer por la noche cuando, obligada por Raquel, bajé a casa de Enrique a solicitar de nuevo mi empleo. Me abrió la puerta Julián, el padre de Enrique. Me senté en el sofá esperando a que llegase. Mientras veía la tele, me puse a pensar en las palabras adecuadas para decírselo sin que pareciese que desde que me acosté con él no he dejado de pensar en él. Cerca de las once y media de la noche, Enrique entró en casa y se quedó paralizado al verme. Comencé a decirle que quería de nuevo mi empleo, pero no pude terminar la frase ya que los dos comenzamos a besarnos. Y hoy me he despertado en su cama. No sé si me gusta o si estoy desesperada, sólo sé que por el momento vuelvo a tener empleo. Nos vemos. Adiós.

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